domingo, 1 de marzo de 2009

EL PLACER DE VIAJAR/CAPITULO III




Tenia un poco abandonada esta sección, de echo creo que desde el mes de diciembre no escribía nada, pero de nuevo estoy aquí para en este tercer capitulo contaros los lugares maravillosos que he recorrido en mis viajes. Os voy a seguir hablando de nuestro primer viaje a Escandinavia.En el capitulo anterior os hablaba de nuestra estancia en Bergen y todo lo que alli vimos. Desde Bergen partimos en dirección a Balestrand, y lo hicimos en una ruta que bordeaba el fiordo de Hardanger, conocido por las muchas huertas que lo bordean. Nuestra primera para fue para admirar la maravillosa cascada de Tvindefoss o cascada de la Eterna Juventud.El contemplar esta cascada y el camino que recorrimos hasta llegar hasta ella es algo maravilloso. Recuerdo que en el lugar donde estaba la cascada había un kioskillo de souvenirs, y me llamo la atención de que vendían unos pins que eran banderas de distintos paises unidas a la de Noruega. Los de la bandera de España con la de Noruega me llamo la especialmente la atención, pues nuestra bandea mantenía el aguilucho como escudo, me sorprendió que 26 años después estos noruegos no sepan que el tío Paco se murió. Continuamos camino de Stalheim, por la que dicen que es la carretera más empinada de Europa, la subida fue un autentico espectáculo a la vez que un autentico acojone.Al llegar arriba, aparte de respirar, aplaudimos la profesionalidad y la pericia de nuestro conductor,Larsen. El almuerzo lo realizamos en un hotel cuyas paredes estaban llenas de cuadros y que tienen su historia que os voy a contar. Parece ser que este hotel antes de ser un lugar tan turístico,era muy frecuentado por numerosos artistas los cuales a la hora de pagar la factura y no tener dinero para hacerlo, pagaban con sus obras. Decir que las vistas desde el hotel son sencillamente maravillosas. Después del almuerzo cogimos un ferry en la localidad de Gudvangen, con el cual recorrimos los fiordos de Naeroy, Aurland y Song, para llegar hasta la población de Balestrand. El recorrido del conjunto de fiordos que duro un poco más de tres horas, os puedo asegurar que ha sido uno de los dias más felices de mi vida, disfrutando de una naturaleza maravilla, viendo montañas nevadas, altas cascadas y diminutos pueblos a la orilla del fiordo, creia estar en el paraiso. Este dia como os digo, siempre quedara en mi recuerdo y más disfrutándolo con mi chico, aunque os puedo asegurar que estaba tan absorto que parecía que solo estábamos la naturaleza y yo.La guinda fue la llegada al pueblecito de Balestrand, un lugar salido como de un cuento de hadas. El hotel era una maravilla arquitectonica construido en madera,el hotel era el Kikne´s, a nosotros nos toco una habitación en el edificio nuevo, este ya de construccion mas moderna y en ladrillo. En este hotel nos ocurrio una de las muchas anecdotas que nos han ocurrido en nuestros distintos viajes. Os cuento. Resulta que como ocurre en estos viajes, despues de bajar del autocar y recoger nuestras maletas, esperamos en recepción a que nos dieran las llaves de nuestra habitaión, una vez que las recogimos,subimos a la planta correspondiente, no recuerdo bien si fue paco o fui yo el que abrio la puerta de la habitacion, pero al abrirla,¡sorpresa!, resulta que habia dos señoras mayores casi en paños menores, resulta que por equivocacion habian dado la habitación duplicada, la verdad que las señoras estuvieron muy simpaticas, he incluso querían que compartieramos habitacion, que jodias. Recuerdo que despues de cenar nos fuimos a pasear por el pueblo, que como ya dije antes parecia salido de un cuento de hadas, la distancia entre unas casas y otras era considerable, todas las casas eran preciosas y tenia una iglesia pequeñita, toda ella de madera y en ella tenían un libro de visitas en donde deje como dedicatoria que algun dia volveria alli con mi chico. Recuerdo que nos pusimos el despertador a las 4 de la mañana para poder ver amanecer en ese lugar tan maravilloso, y a las 4,10 ya estábamos cámara en ristre en el embarcadero, hacia un frio que pelaba, pero daba igual. El día amanecía con muchas nubes, con lo cual es deseo de ver un amanecer en condiciones se ponía complicado, aun así, salieron algunas fotos bonitas. El recuerdo de aquel día es algo que guardo en mi memoria y que guardare para los restos.
3 de Marzo de 2009.
Antonio Armero Rodriguez.

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